Comprar una casa o un bien patrimonial es una de las decisiones financieras más importantes en la vida de toda persona. Por ello, es probable que dicha decisión sea postergada en función de una variedad de factores y circunstancias tanto propias como ajenas, y al pasar de los años se antoja cada vez más lejana.
Sin embargo, es necesario que sepas que cada etapa de tu vida es propicia para plantearte este gran objetivo que es comprar una casa ¡y lograrlo!
Sigue leyendo y entérate por qué es posible comprar una casa en cualquier etapa de tu vida, y ya sea para habitarla o como inversión, es totalmente factible, y cuáles son las posibles motivaciones que te llevarían a hacerlo.

De 30-40 años: estabilidad

Es la etapa en la que estás alcanzando estabilidad laboral y financiera. Durante tus primeros años en el mercado laboral lograste ascender en posiciones y escalar tus percepciones al nivel que cubran más allá de tus necesidades básicas.
En este momento de tu vida quizá ha pasado por tu mente la idea de formar una familia o ampliarla, por lo que comprar una casa en esta etapa aportaría a tu familia un espacio propio y seguro donde establecerse y crear recuerdos duraderos.
Respecto a la adquisición de un crédito hipotecario, la mayoría de las instituciones financieras no dudan en otorgarlo a personas de esta edad, sobre todo si hablamos de créditos a largo plazo, así que considérate sujeto de crédito si reúnes algunos requisitos, como el hecho de no tener otros adeudos importantes.
Comprar tu casa en esta etapa de la vida te permite hacerla tuya en cuanto al uso y modificación de los espacios, a diferencia de cuando estás rentando un lugar que te impone limitaciones en este sentido.
Además, comprar una casa a esta edad es enriquecedor a nivel emocional, pues aporta seguridad y sentido de pertenencia, al insertarte en una comunidad de personas afines a ti y generar conexión con el entorno.

A los 30 existe estabilidad financiera y laboral

De 40-50 años: consolidación

Laboralmente has alcanzado la solidez y a nivel financiero, la madurez. Estas características te colocan en una posición cómoda para adquirir una casa con mayor grado de confianza.
Quizá ya liquidaste algunas deudas anteriores (mobiliario, automóvil, por ejemplo), lo que te posiciona como sujeto de crédito para adquirir un crédito hipotecario.
Es posible que en tus 30’s hayas adquirido una casa y ahora tus necesidades o las de tu familia demandan mayor espacio o una ubicación distinta. En este caso, tu objetivo es mejorar tu calidad de vida y actualizar tu actual casa es una excelente idea en esta edad.
Es un momento ideal para optar por una casa que se apegue más a tu estilo de vida actual —quizá más estable que en tus 30—, ya sea mudarse a un lugar más tranquilo, buscar una casa con áreas verdes, que tenga espacios para hacer homeoffice, o vivir en un entorno que te ofrezca cercanía a servicios y beneficios que demandan tu actual estilo de vida y el de tu familia. No descartes que, si tienes hijos, ellos te plantearán la necesidad de mudarte hacia zonas cercanas a sus colegios o universidades.
Aunque estás en plenitud, debes comenzar a preocuparte por tu retiro, de manera que una casa propia puede ser parte de una estrategia para tus planes de jubilación, y si ya cuentas con una, no descartes la idea de hacerte de una segunda propiedad, ya que como instrumento de inversión, ofrece mayor estabilidad, plusvalía y rendimientos que cualquiera otro existente en el mercado financiero.

50+: Futuro

Si crees que llegaste a los 50 años sin haber comprado una casa y ya es demasiado tarde, estás en un error.
En la actualidad, las personas de la mediana y tercera edad son tan productivas y vitales como nunca antes. Son activas física y mentalmente, tienen aún sueños y objetivos por realizar y se han liberado de los gastos familiares propios de las décadas anteriores, lo que les permite contar con mayor flexibilidad para sus gastos y en sus ingresos.
Comprar una casa en esta etapa de la vida puede tener un doble objetivo: prepararse para la jubilación, o contar con un bien que le funcione como inversión al mismo tiempo que se obtienen ingresos extra.
Financieramente hablando, este grupo de edad aún es sujeto de crédito y una vez adquirido el bien, éste se convierte en una inversión segura, pues incrementa su valor con el paso del tiempo. Incluso si ya cuentas con una casa propia, ten en mente la idea de adquirir una segunda propiedad, ya sea como ampliación del patrimonio, o para ponerla en renta bajo los nuevos esquemas de arrendamiento temporal y obtener ingresos extra.

Aunque seas joven, prepara un plan de retiro apoyado en un bien inmueble

Las nuevas necesidades que se presentan en esta etapa de la vida pueden ser: acercarse a los hijos o los nietos, necesidades específicas de salud o movilidad, diversificación o ampliación del patrimonio, cambio de estilo de vida, reducción de tamaño del hogar familiar, o prepararse para la jubilación. Todas ellas pueden ser satisfechas con la adquisición de una nueva casa.

Como puedes ver, no existe una edad ideal para comprar una casa. A lo largo de la existencia, la vida nos plantea retos y nos pone frente a situaciones cambiantes que pueden desafiar nuestros objetivos o acelerarlos.
Cada etapa representa distintas ventajas y motivaciones para lograr este objetivo, sólo hay que conocerlas, entenderlas y sacar ventaja de ello.
¿Con cuál te identificas?

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